DENUNCIA AL SAS DE 1 MILLÓN DE EUROS TRAS DESCUBRIR QUE NO ES EL PADRE BIOLÓGICO EN UNA FECUNDACIÓN ASISTIDA

Denuncia al SAS por un error en fecundación asistida con el resultado de que el padre del bebé no es el biológico.

Con fecha 14 de marzo de 2023 se ha interpuesto por los tres miembros de una familia una reclamación patrimonial administrativa contra el SAS –adjunta, en la que reclaman indemnizaciones por importe que suman UN MILLÓN DE EUROS, y ello por un gravísimo error en una fecundación asistida. El abogado del procedimiento es Ignacio Martínez.

Un matrimonio joven residente en Andalucía -por expreso deseo de los afectados no se facilitarán más datos personales- fue incluido en lista de espera de un proceso de reproducción asistida en 2019 en el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz. Dos años después se llevó a cabo captación ovocitaria para fecundación in vitro, y tres días después la transferencia embrionaria. El proceso fue exitoso, y tras una gestación normal nació un niño sano en 2021. Hasta ese momento estábamos ante un matrimonio feliz que había conseguido su sueño de tener un hijo en común.

Pero no era así: ante los reiterados comentarios familiares de la falta de parecido físico entre el niño y su padre, casualmente, en febrero del presente año 2023, un conocido de los padres con conocimientos médicos tuvo acceso a la cartilla de nacimiento de su hijo, en la que constaba que tenía un grupo sanguíneo incompatible con la doble filiación de los progenitores. Angustiados por lo que se les decía se hicieron una prueba de paternidad con resultado devastador: el niño no es hijo biológico de su padre.

De ello se deduce objetivamente que se incurrió en un grave error por parte de la sanidad pública andaluza, se presume que en el manejo de la muestra de semen del marido durante el referido proceso de fecundación.

El daño es muy grave e irreparable: al niño, por cuanto se verá privado de por vida del vínculo natural biológico con quien es su padre y con toda la familia paterna, incluidos los posibles medio-hermanos, así como de la cohesión que conlleva una familia biológica normal. Su propia historia y su origen siempre será un interrogante en su vida. Y el día que tenga hijos, si los tiene, tendrá que aceptar que no serán nietos biológicos de su padre registral. Éste a su vez también sufre un gravísimo e irreparable daño moral, dado que creía ser el padre biológico del niño; sin embargo, éste es en realidad hijo de otro hombre cuya identidad desconoce. No sólo ha visto frustrado su sueño de tener un hijo biológico en común con su esposa, que era lo deseado, sino que además en algún momento de la vida del niño éste descubrirá la verdad, lo que acarreará un incalculable impacto emocional y personal añadido para ambos. También, como el niño y la madre, se verá privado para siempre de sentirse incluido en una familia natural, es decir, unida por un vínculo biológico. Además, lo normal es que en su día tenga nietos con los que tampoco obviamente tendrá vínculo biológico. Por último, la madre, que sí lo es biológica del niño, pero tiene ahora conocimiento de que involuntariamente ha gestado y dado a luz a una criatura que es de otro hombre, con la angustia de no conocer la identidad del padre biológico de su hijo, puesto que ella sí había escogido a quién quería que fuera el padre -el hombre a quien quiere y con quien comparte su vida. Además, sufrirá como los dos anteriores el no pertenecer a una familia cohesionada por lo biológico, y de rebote por lo que padezca su hijo y su marido.

En realidad, la asunción del alcance del daño para los tres depende solamente del tiempo que se le dedique a pensar sobre el profundo trastorno familiar causado, pues las implicaciones se van derivando en cascada. Por ejemplo, se desconoce si es posible que en algún momento el padre biológico -o el niño en su día- ejerciten una acción de filiación que altere el vínculo jurídico familiar. Asimismo, el niño es pequeño aún, y hasta donde se sabe, sano, pero se desconoce toda su ascendencia paterna, con todo lo que esto supone en la medicina moderna, en la que la genética es cada vez más importante para el caso en que se le diagnosticara alguna enfermedad para la que fuera relevante esa información.

La Asociación ‘El Defensor del Paciente’, con el visto bueno de los padres, hace público el caso con el objeto de llamar la atención de los servicios implicados para extremar la precaución en el manejo de las muestras en estos procesos de fecundación asistida. Es obvio que lo ocurrido ya no tiene arreglo, pero quizá que se conozca por todo el mundo evite que se repita. Su presidenta Carmen Flores hace hincapié en que es inaceptable semejante equivocación, ya que evidencia la falta de profesionalidad y el deber de cuidado en una práctica tan delicada.

El letrado del procedimiento es Ignacio Martínez, abogado especialista en Derecho sanitario y adscrito a la asociación ‘El Defensor del Paciente’.

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