Saltear al contenido principal

DECÁLOGO

La ley y los procedimientos jurídicos para alcanzar los objetivos del cliente son a menudo complejos y requieren de un profesional cualificado y con experiencia. Además de este requisito necesario, en nuestro despacho queremos hacer valer ciertas guías de funcionamiento como señas de identidad que se resumen en este decálogo. No dude en recordarnos su cumplimiento si es necesario:

 

PRIMERO: VOCACIÓN DE SERVICIO.

En este despacho es el abogado quien está al servicio del cliente, y no al revés.

SEGUNDO: IMAGINACIÓN, EFICACIA Y AUDACIA.

Para lograr el objetivo encomendado.

TERCERO: INFORMACIÓN COMPRENSIBLE.

Los asuntos jurídicos pueden alcanzar notable complejidad, pero el abogado siempre ha de poder explicar los detalles del caso a su cliente de una manera comprensible. Quien no sabe explicar es que no sabe.

CUARTO: HONESTIDAD PROFESIONAL.

Es importante no olvidar que el tiempo, el dinero y el ánimo del cliente no es algo con lo que se pueda jugar mediante dilaciones, falsas esperanzas o medias verdades.

QUINTO: ESTÁ EL DINERO… Y TAMBIÉN EL COSTE EMOCIONAL.

Muchos abogados aconsejan a sus clientes en función exclusivamente de factores económicos. Error: un procedimiento judicial puede ser largo e incierto y acabar conllevando un coste emocional para el cliente quizá más importante que el dinero en juego. En otras ocasiones será al contrario, el no haber reclamado a tiempo remorderá de por vida la conciencia de la víctima de un daño. Por eso hay que analizar de inicio qué batallas merecen la pena ser libradas y cuáles no, con criterios no solo económicos sino también emocionales. Tenemos mucha experiencia al respecto: déjenos aconsejarle.

SEXTO: ACCESIBILIDAD.

Queremos que el cliente tenga fácil acceso y comunicación con su abogado, evitando en lo posible esperas protocolarias. También queremos que se sienta libre de sugerir lo que crea conveniente sobre su caso.

SÉPTIMO: EMPATÍA.

Ponernos en el lugar del cliente y no querer para él lo que no querríamos para nosotros mismos.

OCTAVO: TRATO CERCANO Y RESPETUOSO.

Para que las cosas funcionen tiene que ser en un doble sentido, de abogado a cliente y de cliente a abogado.

NOVENO: QUEDARNOS CON LO BUENO DE LA TECNOLOGÍA.

Queremos tener con usted un trato de persona a persona… y al tiempo sacar el máximo provecho a tecnologías al alcance de todos por su agilidad y gratuidad -correo electrónico, WhatsApp, Skype, etc.-. Siempre que se pueda, el formato papel de los expedientes, por comodidad y seguridad, ha de ser reemplazado por el formato digital.

DÉCIMO: LUZ Y TAQUÍGRAFOS.

En general, el expediente es del cliente, y por lo tanto ha de tener acceso al mismo cuando quiera sin tener que justificar el motivo (tener una segunda opinión, recuperar si es posible un documento original, etc.).

Volver arriba